domingo, 16 de enero de 2011

Me ha herido recatándose en la sombra

Te amé, puramente
y exalté tus dones y tus gracias, por lo demás inexistentes.
La vida que quise ver entre tus ojos
era vida mentida,
y lágrimas de sangre ahora veo
cercenar las esperanzas que crecieron.

Márchate
a tu balcón de mármol
vuelve a tu caverna tosca de granito
No quiero que atormentes mi suspiro con las mentiras de tus sueños
con tus abrazos de marea.

Escucha, cuando todo te fue dado y premiaste mi alborozo y mi cariño
con mentiras y palabras, con gestos vacíos,
mi deseo pulsante.

Quien bebe el amargo cáliz está condenado a la muerte
Pagará el hospedaje con su vida

No hay comentarios:

Publicar un comentario